
¿No te gustan el brócoli o las acelgas? No eres el único. Tampoco eres el único en poner la misma cara de asco cuando algo te repugna.
Las emociones primarias (Ekman, 1989) se caracterizan por ser universales y tener una expresión facial específica, que es innata y heredada. Estas son las emociones primarias: felicidad, tristeza, miedo, asco, sorpresa, ira y desprecio.
El asco es una de las emociones en las que más visibles son las reacciones fisiológicas (reducción de la presión sanguínea, náuseas, expresión facial, huida…). ¿Por qué?
Des del punto de vista dimensional de las emociones, en el eje de los sentimientos de agrado-desagrado, tensión-relajación, excitación-calma (Wundt, 1896), el asco es una emoción que produce un desagrado que tensa el cuerpo y lo activa.
La función de estas reacciones (inconscientes) es el rechazo de aquello que nos provoca asco (Plutchik, 1980). Es decir, tiene la función de interponer una distancia social y psicológica para adaptarse a la situación (Darwin, 1872).
Gracias a que somos capaces de comunicar que algo nos provoca asco, damos a conocer nuestro rechazo para que nuestro entorno se adapte. Por ejemplo, algunos niños muestran la expresión facial de asco cuando prueban un limón por primera vez. De esta forma, están diciendo (sin palabras) que no quieren más.
En las ciencias de la salud como la psiquiatría o la psicología, tradicionalmente se ha considerado el asco como una emoción relacionada con la aversión a la comida en terapias relacionadas con la bulimia o la anorexia.
Normalmente se produce un comportamiento de evitación o huida ya que hay algún estimulo desagradable o que creemos que puede ser dañino para nuestro organismo (enfermedades, alimentos, etc.). Generalmente los estímulos suelen ser recibidos por el sentido del olfato o el gusto (de ahí los gestos con estos órganos sensoriales). Este es el mecanismo de enfermedad-evitación del asco estudiado por la psicología evolucionista. Se trata de un mecanismo de adaptación y supervivencia que evita situaciones de riesgo, y ha sido aprendido y heredado a lo largo de la evolución de las especies.
Pero no es menos cierto que el asco también se puede deber a reacciones ante situaciones (Hart, 1990) o personas (Rozin et al., 2000) que nos desagradan.
¿Cómo saber exactamente si me hacen una cara de asco? Presta atención a los siguientes indicadores.
Los indicadores no verbales de la expresión facial de asco son:
Atención, en algunas ocasiones la expresión facial de asco se puede confundir con la de ira, por su parecido en la parte superior de la cara, o con la de agresividad, por su parecido en la parte inferior de la cara.
Los indicadores más distintivos de esta emoción son la nariz arrugada (no se produce en ninguna otra), el labio superior, y el distanciamiento o evitación del estímulo.
El asco es una emoción universal (Darwin, 1872), tiene una expresión facial especifica (Ekman, 1989), produce la acción de evitación, el sentimiento de rechazo, y distintas reacciones fisiológicas involuntarias como nauseas (Rozin, 1987).